
Chichicastenango
Los tlascalas que acompañaban a Pedro de Alvarado le pusieron Tzitzicasteango, que significa ‘en el cercado de las ortigas’ del tzitzicastli ortiga o chichicaste (Urtica dioica). Cuando Pedro de Alvarado quemó Q'umarkaj o Utatlán en 1524 los caciques principales se refugiaron en Chugüilá, por lo que es probable que actualmente algunos habitantes de Chichicastenango sean descendientes de los antiguos caciques quichés.
De acuerdo con el Memorial de Sololá, o Anales de los cakchiqueles, el territorio que ocupa actualmente el municipio de Chichicastenango sirvió de asiento a la corte cakchiquel, con el nombre de Chiavar (en idioma cakchiquel), Chuvilá (según el Popol vuj) o Chugullá (‘sobre los chichicastes’ o ‘lugar de ortigas’).
Los cakchiqueles, según la citada crónica, viajaron desde Tulán juntamente con los quichés y se establecieron en lo que ahora es el departamento del Quiché, donde convivieron como pueblos aliados hasta alrededor de 1450.
Durante el reinado del poderoso Quikab o K'iq'ab' (1425-1475), se produjeron dos conflictos entre los quichés y los cakchiqueles. Luego del último conflicto, el rey Quikab ordenó a los cakchiqueles que desalojaran Chiavar y que se trasladaran a Iximche. Después de la muerte de Quijab, los quichés y los cakchiqueles libraron guerras sangrientas, las que facilitaron el camino de los conquistadores españoles.
Al salir los cakchiqueles, el territorio de Chiavar o Chigüilá fue ocupado por varios calpules numá quiché, entre ellos, el de Uwilá, que se cree estuvo asentado en lo que hoy es la cabecera municipal, pues incluso muchas personas conocen el nombre de Uwillá. A la llegada de los españoles al territorio quiché, los calpules que ocupaban Chichicastenango acudieron a la defensa de Gumarcaah y padecieron igualmente la derrota.
A partir de 1539, la región central del Quiché fue encomendada a los misioneros dominicos, quienes se encargaron de administrar las reducciones o pueblos de indios, que se formaron, especialmente después de 1549. En 1544, el rey Carlos I de España otorgó privilegios a varios caciques indígenas por su colaboración en la conquista de la provincia de Verapaz (Tezulutlán).